lunes, 4 de abril de 2011

El descenso de Orfeo al mundo subterráneo

Gracias a las obras de VIrgilio de Ovidio, sabemos que Orfeo era hijo de Eagro y de la Musa Calíope. La tradición lo presenta dotado del don de la música hasta el punto que muchos le consideraban el inventar de la cítara. Acompañaba la música con el canto, y la combinación de ambas cosas provocaba el amansamiento de las fieras del bosque.
No obstante, se hizo célebre al descender a los infiernos en busca de Eurídice, la ninfa mierta por una mordedura de serpiente.
Cuenta la leyenda que para devolver a su amada al mundo de los vivos conmovió con su canto al propio Hades y a su esposa Perséfone. Estos permitieron que la joven reintegrara a la superficie, con la condición de que en el viaje de regreso, Orfeo no mirara hacia atrás. Desgraciadamente, cuando ya estaban apunto de alcanzar la salvación, al joven esposo le asaltó la duda de que todo no fuera más que un engaño, e imprudentemente, giró su cabeza, solo para ver como Eurídice era arrastrada de nuevo por Hades en una segunda y definitiva muerte.
Orfeo se mantuvo fiel a Eurídice de por vida. Segun el mito, fue muerto por un gurpo de mujeres tracias que habrían despedazado su cuerpo, dejando una parte en Lesbos, considerada la isla de la poesía. Aunque otras versiones apuntan a Zeus como autor del rayo que acabó con la vida del joven enamorada, por haber revelado secretos del más allá. 

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